Elocuencia
La palabra elocuencia nace del vocablo latín “loqu o loc” que significa hablar. De este modo, elocuencia es la facilidad para hablar adecuadamente. Desde tiempos remotos se ha valorado la elocuencia, siendo representada por deidades como Ogma en los celtas, o Calíope, musa griega. Así, podemos deducir la vitalidad que representa esta cualidad en la habitualidad de los hombres, y proceder a una definición más profunda y ampliación de este concepto.
Por elocuencia se entiende la capacidad que se tiene para poder expresar algo de forma adecuada y elegante para lograr persuadir al público. La elocuencia es entonces, una manera de expresión clara que busca mantener la atención de quien escucha y lograr un impacto en esa persona. Para ello, es necesario un buen manejo del lenguaje, capacidad para captar la atención, manejar ideas claras, bien estructuradas, que al ser expuestas de forma llamativa, fácil y fluida, produzcan convicción y persuasión.
De este modo, para lograr a tener esa capacidad de elocuencia, se debe tener un amplio conocimiento sobre el tema, y sobretodo, saber utilizar de manera agradable, comprensible, y con gran capacidad de persuasión el lenguaje.
El ejemplo más claro de elocuencia se puede ver en la política, ya que frecuentemente se deben dar discursos de diversos temas, buscando informar, aclarar ideas, y ante todo convencer. Sin embargo, se puede tomar como ejemplo de elocuencia también un publicista o un escritor, ya que la elocuencia no es un asunto netamente oral. Mediante textos e imágenes también se puede presentar (o no) elocuencia, ya que esta es la capacidad para expresarse de manera fluida y convincente, sea de manera oral o escrita.
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